¿QUÉ LE DIGO?

 

Cuando, por iniciativa propia o debido a la recomendación de docentes, neurólogos, fonoaudiólogos, pediatras, etc., los padres deciden la consulta psicopedagógica, generalmente los inquieta (y a menudo hasta incomoda) la duda en cuanto a qué decir al hijo respecto al por qué, para qué y cómo de acudir a esa clase de consultorio. Para dar respuestas acertadas a los requerimientos del niño o a fin de explicarle convenientemente lo que va a suceder, es imprescindible que sean ellos mismos los primeros en tener absolutamente en claro qué es una psicopedagoga, de qué se trata su tarea y cuáles son las razones que los conducen a concertar la entrevista inicial, para poder transmitírselo al hijo óptimamente.

Todo niño que inicia una atención psicopedagógica tiene que saber que una psicopedagoga es una persona que trabaja con niños a los que “no les va muy bien “ en la escuela y que intenta descubrir, mediante actividades variadas (conversaciones, juegos, preguntas, dibujos, etc.), a qué se debe eso para poder entonces contribuir a modificarlo.

Es importante que el niño entienda que no es una doctora ni una maestra particular, así como tampoco una amiga personal de mamá y papá...Es una psicopedagoga.

Aunque resulte difícil de concebir, aún hoy existen padres que, por no tener un conocimiento apropiado respecto al rol psicopedagógico, creen y sostienen que los psicopedagogos dedicamos nuestro tiempo a trabajar con “locos” y, obviamente, como su hijo ni ellos lo son, se niegan a recurrir a ese tipo de atención profesional, desatendiendo las dificultades del niño. Otros piensan que el hijo puede creerse enfermo o anormal, ante la idea de hacer una consulta, e inventan historias o situaciones disfrazadas para camuflar un quehacer que, si fuera correctamente explicado, no tendría por qué desatar algún conflicto.

La labor psicopedagógica consiste en atender todo tipo de dificultades en el aprendizaje y/o conducta que el niño manifieste en la escuela o en otros espacios, pero relacionadas a lo escolar: dificultades en la escritura, en la lectura, en el cálculo, en la interpretación de consignas, en la comprensión de textos, en la atención, en la concentración, en el ritmo de trabajo, en el modo de reaccionar y responder frente a las distintas intervenciones y propuestas del docente, en el comportamiento en las horas de clase y recreativas, en la participación en actividades diversas, en la adaptación al grupo, etc. La atención psicopedagógica implica el diagnóstico de la problemática presente (descubrir qué es lo que sucede y por qué sucede) y el tratamiento pertinente, en procura de la mejora o solución de la dificultad.

El niño debe saber por qué, para qué y a qué acude a una sesión psicopedagógica (y no a una “clase”) ya que, sólo a partir de la seguridad que surja en él por la certeza de conocer qué es lo que sucede consigo mismo, a qué situación va a enfrentarse y para qué va a hacerlo, resultará factible su colaboración activa en el esclarecimiento de su propia conflictiva. Ninguna atención ni intervención profesional puede resultar positiva si las personas involucradas no son conscientes de que algo “no anda bien” y que hay que “HACER algo” para remediarlo, por el bienestar de todos.

Al emprender una atención psicopedagógica es INDISPENSABLE un conocimiento adecuado en los padres al respecto, que les permita desalojar del hijo el desconocimiento, la incertidumbre y/o la duda que pudieran generarle desconfianza y temor, obstaculizando o impidiendo la apertura y entrega al proceso diagnóstico y tratamiento de sus propias dificultades.

Psp.Ma.Alejandra Canavesio.

 

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